Hablamos con Gerard Ferrer-Esteban, autor del informe “Medidas y recursos de atención a las necesidades educativas y diversificación curricular: ¿Qué funciona para mejorar los aprendizajes y reducir el abandono?” para que nos explique en qué puede ser beneficioso para los alumnos un sistema inclusivo que combine diferentes niveles y medidas de atención a las necesidades educativas y cómo debe de ser este sistema para que funcione, según las evidencias internacionales.

¿En qué puede ser beneficioso para los alumnos un sistema inclusivo que combine diferentes niveles y medidas de atención a las necesidades educativas?

En primer lugar, conviene decir que el sistema educativo catalán ha apostado por un modelo de atención a la diversidad, de sistema inclusivo, que combina diferentes medidas de diferentes intensidades. Para atender a todo el alumnado, en todas las etapas educativas y en el entorno ordinario de escolarización, apostamos por identificar las necesidades educativas del alumnado y asignar al alumnado, diferentes medidas con diferentes intensidades. Cuando hablamos de intensidades hablamos de: 

• Medidas y apoyos universales: Se aplican en el aula ordinaria y permiten flexibilizar el contexto de aprendizaje y adaptarse a diferentes formas y ritmos de aprendizaje (por ejemplo, actividades cooperativas, trabajo por proyectos, programas de educación socioemocional, estrategias metacognitivas).

• Medidas y apoyos adicionales: De carácter temporal, en grupos pequeños de alumnos y focalizadas en los aspectos del aprendizaje que es necesario reforzar (por ejemplo, aulas de acogida, el apoyo escolar, el apoyo escolar personalizado-SEP en primaria, los programas intensivos de mejora-PIM y los programas de diversificación curricular-PDC en secundaria).

• Medidas y apoyos intensivos: De carácter intensivo, frecuencia regular y, normalmente, sin límite temporal. Se plantean de forma individualizada. Destacan las SIEI (soporte intensivo escolarización inclusiva), los soportes intensivos a la audición y el lenguaje (SIAL) y las unidades de escolarización compartida (UEC) en secundaria.

Si hablamos de los beneficios de estas medidas la investigación nos dice que tienen un efecto positivo en la dimensión académica del alumnado, es decir, en las competencias cognitivas, pero también en la dimensión relacional, social del alumnado. Además, contribuyen a reducir las diferencias entre el alumnado con dificultades de aprendizaje y el alumnado sin dificultades. 

¿Cómo debe ser este sistema para que funcione?

De estas revisiones, se deducen una serie de implicaciones prácticas, lo que serían recomendaciones para las políticas. Por un lado, una coherencia entre las medidas universales, son aquellas que se dirigen a todo el alumnado, las medidas adicionales y las intensivas; que realmente se convierta en un sistema integral de atención.

Otra implicación importante sería mejorar, sinó crear, buenas medidas de detección de las necesidades educativas, para favorecer, sea la efectividad como la eficiencia.

También podríamos decir que sería necesario un mayor esfuerzo presupuestario, en la medida en la que hemos visto que la atención individualizada marca la diferencia, sería necesario que se invirtiera en el acompañamiento de los infantes, especialmente para esos infantes que necesitan medidas intensivas.
En cuanto a la prevención del abandono escolar, serían necesarios marcos de colaboración globales. Las medidas adicionales intensivas son importantes, pero deben estar en un marco de colaboración entre las familias, la escuela y otros agentes especialistas en educación especial y otros.