Porque es importante el verano: Motivos y argumentos

14.06.2023
Laura Mencía
Con la llegada del verano y el inicio de vacaciones, se abre la oportunidad para la mayoría de infantes y adolescentes de aprovechar el tiempo con actividades vibrantes y descubrir nuevos intereses. No obstante, en algunos casos, la llegada del verano puede significar una bajada de los aprendizajes por falta de hábitos y rutinas y, […]

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Con la llegada del verano y el inicio de vacaciones, se abre la oportunidad para la mayoría de infantes y adolescentes de aprovechar el tiempo con actividades vibrantes y descubrir nuevos intereses. No obstante, en algunos casos, la llegada del verano puede significar una bajada de los aprendizajes por falta de hábitos y rutinas y, sobre todo, de la socialización.

El llamado summer loss, o perdida de aprendizajes durante la temporada estival, es uno de los inconvenientes de nuestro contexto educativo. La investigación internacional lo confirma con dos conclusiones: El freno estival de la educación formal tiene un impacto notable en el logro educativo de los infantes y jóvenes; y este impacto toma diferente forma y peso en función de la edad, el nivel económico de la familia y del entorno sociocultural, entre otros factores.

En muchos lugares del país y del mundo, las administraciones locales son las que deben hacer apuestas firmes por programas educativos de verano enriquecido que garanticen la equidad, que rompan las inercias de las desigualdades y que dupliquen su impacto en la mejora de competencias en los infantes y jóvenes. Pero, ¿porqué? ¿Qué podemos aprender de las iniciativas que se han implementado? ¿Qué retos nos planteamos?

A continuación, nombramos 5 datos clave aportados por la investigación, que dibujan la problemática de la perdida de nivel educativo durante el verano y el efecto acumulativo que esta perdida tiene en determinados colectivos de la población:

85 días en los que lo hábitos de aprendizaje cambian

En nuestro país, el alumnado de educación primaria y secundaria tiene aproximadamente 85 días seguidos de vacaciones durante los meses de verano. Este dato, además de situarnos bien arriba en el ranquin de países europeos con el parón estival más largo, lo que evidencia es un cambio de hábitos de aprendizajes cognitivos, académicos y de estudio que deben ser sostenidos por la dinámica escolar a lo largo del curso y para los espacios educativos del fuera escuela, en caso que los infantes y adolescentes hayan tenido acceso.

La vuelta a la escuela, en septiembre, significa un esfuerzo para recuperar los aprendizajes olvidados durante las vacaciones de verano. Nueve de cada diez docentes afirman que dedican entre tres y cuatro semanas al inicio de curso para repasar aprendizajes que ya estaban logrados y que se consideran necesarios para seguir avanzando.

Regresión equivalente a dos o tres meses de escolarización

La investigación internacional ha demostrado que esta perdida en los aprendizajes no afecta a todos los alumnos de la misma manera, sino que ante todo se produce entre los grupos socialmente más vulnerables, que tienen una perdida de aprendizajes durante el verano equivalente a dos o tres meses de escolarización.

Y esto es así porque, a los factores que actúan durante todo el año se suma el hecho de que a menudo, en verano, los infantes y jóvenes de familias con ingresos bajos no pueden acceder de la misma forma a los recursos, oportunidades y actividades educativas que los infantes y jóvenes de las familias con ingresos más altos, los cuales desarrollan sus habilidades de una forma constante a lo largo del verano.

Hasta tres años de diferencia al final de primaria

Este efecto diferencial provoca una ampliación cíclica, acumulado verano tras verano, de las desigualdades educativas entre los hijos de familias socioeconómicamente y culturalmente favorecidas y los hijos de familias desfavorecidas.

Varios estudios realizados en Estados Unidos concluyen que esta ampliación podría llegar a traducirse en tres años de diferencia entre el nivel de aprendizaje de alumnos con más y menos recursos al final de la educación primaria en materias como la lengua o las matemáticas. Las actividades de ocio educativo son clave para el disfrute y la socialización, pero también para mejorar la adquisición del lenguaje, el pensamiento abstracto, el pensamiento crítico, etc.

Miles de infantes y adolescentes sin oportunidades de verano

Por eso seria vital garantizar que los trescientos mil infantes y adolescentes en situación de pobreza en Cataluña pudiesen asistir a actividades de verano pensadas para su bienestar y mejora educativa.

Si miramos algunas de las cifras disponibles en Cataluña, confirmamos que aún no hay una cobertura total de estas necesidades. Por un lado, el Departamento de Trabajo, Asuntos sociales y Familias aumentó el presupuesto de 2020 para becas para que cuarenta mil infantes y adolescentes pudieran participar en actividades de verano. Por otro lado, los datos de participación del alumnado de familias monoparentales fue solo del 37%; del alumnado con padres extranjeros, solo del 29%, mientras que el dato total de participación de infantes y adolescentes entre cuarto de primaria y cuarto de la ESO fue del 42%.

En conclusión: los infantes y adolescentes que más necesitan participar en actividades de verano, donde pueden encontrar oportunidades, son los que menos intervienen.

Garantizar ochenta horas por infante de actividades de verano

La investigación afirma que participar ochenta horas repartidas entre dos y cuatro semanas en actividades de verano enfocadas a estimular aprendizajes e intereses tiene beneficios escolares en el campo de las matemáticas y de la lectura y refuerza las competencias socioemocionales y el capital social.

Garantizar una asistencia a un mínimo de ochenta horas a actividades de verano para todos los infantes y adolescentes de quien las familias no pueden asumir este gasto implica aumentar los recursos que las administraciones dedican a la equidad educativa en forma de ayudas, becas o bonificaciones. Apostar por un verano enriquecido no es un gasto, sino una inversión.

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