Es imprescindible universalizar las actividades de verano para reducir las desigualdades educativas

14.06.2023
¿A qué barreras se enfrentan los infantes y jóvenes para beneficiarse de las actividades de verano? ¿Qué acciones se pueden impulsar a nivel político para revertirlo?

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El nivel socioeconómico de las familias condiciona la participación en actividades de verano: Hay barreras económicas, burocráticas, informativas y culturales

Los resultados de la Encuesta de Participación a Actividades de Verano 2022 (CAT), elaborada por Educación 360, ilustran como la universalización de las actividades es un escalón imprescindible hacia un horizonte de mayor igualdad educativa. Por primera vez, en Cataluña, disponemos de una encuesta representativa a familias sobre la participación de infantes y adolescentes de 6 a 16 años a las actividades de verano.

El verano de 2022, 6 de cada 10 infantes participaron en casales, colonias, campamentos u otras modalidades de actividades de verano. Accedieron, en consecuencia, a una educación el el ocio basada en el disfrute del tiempo libre y pensada, mayoritariamente, para desarrollar habilidades socioemocionales, de cooperación y convivencia en grupo, hábitos de cura y autonomía personal. Por contra, 4 de cada 10 infantes se quedaron sin actividades de verano y, por tanto, sin este factor de enriquecimiento educativo.

Esta participación viene notablemente condicionada por el nivel socioeconómico de las familias. las familias de nivel socioeconómico más alto acceden de una forma mayoritaria (72%) a actividades de verano y las familias de nivel socioeconómico bajo lo hacen solo en un 41%, ya que encuentran barreras económicas, burocráticas, informativas y culturales. El precio de las actividades de verano es el principal motivo de no participación argumentado por las familias de bajo nivel socioeconómico.

La encuesta recoge, además, una opinión clara y mayoritaria de las familias a favor de medidas para universalizar el acceso a las actividades de verano. El 88% de la familias encuestadas está de acuerdo o muy de acuerdo con que se debería ampliar la oferta de actividades gratuitas durante el verano y el 81% está de acuerdo, o muy de acuerdo, con que se debería aumentar las ayudas económicas a las familias con dificultades que lo necesiten.

La diferencia de 31 puntos porcentuales en la participación entre niveles socioeconómicos es la evidencia más clara de las desigualdades en el acceso a las oportunidades educativas existentes fuera del sistema escolar. Y sitúa el acceso a las actividades de verano como palanca necesaria que debemos activar dentro de la lucha contra las desigualdades educativas.

Los ejes básicos de una política de actividades de verano:

La Alianza Educación 360 ha identificado y estudiado numerosas experiencias valiosas de municipios catalanes que desarrollan políticas locales de actividades de verano. Este conocimiento acumulado permite extraer aprendizajes para avanzar en dos líneas de trabajo.

Por un lado, construir una política de país que garantice el derecho a la educación durante el verano, fomentada en estos cinco pilares básicos.

1. Ampliar y equilibrar la oferta de actividades de verano

Ampliar la oferta de actividades de verano en los territorios sin oferta o con oferta insuficiente y a los centros educativos de alta complejidad y alargar la oferta al mes de agosto e inicios de septiembre para garantizar espacios lúdicos, de socialización y aprendizaje al largo de todas las vacaciones escolares. La oferta local debería resolver a las necesidades educativas de todas las edades.

2. Estructurar y dotar la corresponsabilidad en las actuaciones de verano

Promover modelos de trabajo corresponsable suficientemente dotados, validados y estructurados en todos los territorios para garantizar la cobertura de los infantes y jóvenes en situación de riesgo de pobreza entre todas las actividades y actores, incluidos el sistema de atención a la infancia en riesgo, durante el verano.

3. Aumentar las becas y la gratuidad de acceso a las actividades de verano

Aumentar los fondos públicos destinados a becas de verano y garantizar la gratuidad de los servicios complementarios de las actividades de verano (comidas, acogida y transporte) para que no sean un obstáculo a la participación de los infantes y jóvenes en situación de pobreza.

4. Sostener un sistema de acompañamiento y orientación hacia las actividades de verano

Potenciar la prescripción y el acompañamiento de los centros educativos y de los servicios sociales a las familias en situación de vulnerabilidad hacia las actividades de verano, eliminar las trabas administrativas e informativas de acceso, y programar actividades informativas, involucrativas, de vinculación y pertenencia comunitaria.

5. Ampliar y adecuar los mecanismos para garantizar la calidad de las actividades de verano

Garantizar la formación, las condiciones y los equipos necesarios para una atención socioeducativa que dé respuestas adecuadas a las necesidades de los infantes y familias atendidos, con especial atención a las situaciones específicas de riesgo social durante el verano (violencia doméstica, abuso sexual, necesidades de acompañamiento específicos en salud mental u otros).

Por otro lado, impulsar 13 medidas locales que los ayuntamientos y otras administraciones ya pueden realizar para ampliar las oportunidades educativas de los infantes y adolescentes de bajo nivel socioeconómico durante los veranos:

  1. Garantizar una oferta de actividades de verano equilibrada y de calidad a todos los barrios del municipio, especialmente en aquellos con menos tejido social y/o en los centros de alta y máxima complejidad.
  2. Crear un único catalogo local que agrupe la oferta de actividades de verano de todas las áreas municipales (deportes, cultura, educación, infancia, juventud, etc.) y de todas las entidades y empresas y todos los proveedores del municipio y que ponga el acento en los beneficios educativos de las actividades de ocio del municipio. La oferta local debería responder a las necesidades educativas de todas las edades y estimular que pequeños y grandes disfruten de experiencias que fomenten su autoconocimiento y desarrollo personal.
  3. Establecer unos criterios de calidad, equidad, equilibrio e inclusión aplicables a todo el catalogo de verano, de forma que las actividades sean espacios inclusivos, no segregadores, accesibles, confortables y seguros.
  4. Implicar los centros educativos en la oferta de casales de verano antes de la presentación oficial de las actividades y explicarles las líneas generales del programa de casales de verano para que los conozcan y puedan informar a las familias, y también para pedirles que participen. Hacer saber qué actividades se realizarán y en qué equipamientos.
  5. Dar apoyo y coordinar la atención a los colectivos socialmente vulnerables colaborativamente con las entidades socioeducativas de trabajo comunitario durante el verano.
  6. Crear becas y ayudas de verano para garantizar que todos los infantes y adolescentes de 6 a 16 años en situación de pobreza participen a un mínimo de 2 semanas en casales de verano.
  7. Hacer accesibles las ayudas y trámites: La información sobre quién los puede solicitar y qué procedimientos debe seguir ha de ser fácil de obtener y entender más allá de las barreras lingüísticas y digitales.
  8. Organizar un sistema de ayudas de otorgación directa a las familias con seguimiento de los servicios sociales o con beca comedor.
  9. Ofrecer servicios complementarios (comedor, acogida, etc.) de bajo coste o gratuitos que cubran las necesidades de los infantes, adolescentes y jóvenes participantes de las familias que no puedan hacer frente al coste.
  10. Reservar el 30% de las plazas de los casales de verano (de titularidad municipal o financiadas con fondos públicos) para participantes con perfiles vulnerables, y llenar estas plazas con las derivaciones de los centros educativos y de los servicios sociales.
  11. Promover y estructurar la prescripción educativa y el acompañamiento a las familias para garantizar la participación de infantes y jóvenes vulnerables y poco usuales a las actividades de verano.
  12. Ofrecer espacios informativos y de acompañamiento personalizado a las familias de perfiles vulnerables y con menos participación en las actividades educativas de verano para comunicar los beneficios de las actividades, combatir prejuicios y resolver dudas, ofrecer apoyo en la inscripción y la solicitud de ayudas, orientar en la elección de las actividades, informar de los aspectos prácticos más relevantes, etc.
  13. Crear la figura del dinamizador municipal 360 incorporado a los centros educativos o los equipamientos municipales para orientar y acompañar jóvenes, adolescentes y familias en el proceso de elección, inscripción y seguimiento de las actividades de verano.

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