¿Cómo podemos crear proyectos en los centros educativos teniendo en cuenta el conocimiento que nos aporta la investigación en educación? Iván Marchán, profesor de secundaria, nos lo cuenta en este artículo.

¿Cómo podemos iniciar un proyecto?

Para Iván Marchán, existen 3 pasos imprescindibles a la hora de iniciar un proyecto:

1. Determinar su resultado final. Debemos precisar qué es lo que queremos que aprenda el alumnado.
2. Buscar un contexto o escenario en el cual esos aprendizajes tengan sentido. Hacerlo nos permitirá valorar si para ello debemos incorporar a un agente externo al centro, algo que puede ayudar a que el proyecto gane autenticidad.
3. Decidir cuál es el reto o encargo que se pedirá al alumnado. Es importante saber distinguir entre el encargo del proyecto (construir un robot para un concurso) de los objetivos de aprendizaje que queremos alcanzar (diseñar un programa informático, analizar el funcionamiento de un engranaje, llegar a acuerdos cuando trabajamos en equipo…).

Es importante tener en cuenta que trabajar por proyectos no significa que los alumnos lo elijan todo. Es necesario darles gradualmente cierta autonomía en algunas partes del proyecto, pero el equipo docente debe decidir, con visión de etapa, qué aprendizajes queremos lograr y qué proyectos nos permitirán hacerlo.

¿Cuál sería el desarrollo ideal de un proyecto?

A medida que se lleve el proyecto a la práctica, será necesario prever cómo los alumnos aprenderán los conocimientos necesarios o relacionados con el encargo del proyecto. 

Quizás puedan acceder ellos mismos a las fuentes de información (libros, internet, expertos) pero no están para nada prohibidas pequeñas explicaciones magistrales, siempre y cuando se entienda su utilidad en el marco del proyecto.
De hecho, tal y como recoge la evidencia, algunos estudios sugieren que el trabajo por proyectos es más efectivo cuando se combina con la instrucción directa del profesorado.

“El trabajo por proyectos es más efectivo cuando se combina con la instrucción directa del profesorado”

Marc Lafuente

En los cursos superiores de secundaria, suele ser necesario un especialista de la temática del proyecto. Esto requiere que se organicen diferentes equipos cooperativos que tengan cierto margen de toma de decisiones.

Incorporar esta figura permite motivar al alumnado, puesto que permite personalizar el aprendizaje y permite desarrollar la iniciativa y la autonomía.

El diario de equipo es la herramienta principal para la planificación, ejecución y revisión de las acciones necesarias para hacer el encargo, siempre bajo la guía del profesorado.

¿Cómo se pueden trabajar los ámbitos transversales a través de un proyecto?

El trabajo por proyectos puede verse enriquecido por los ámbitos transversales.

Ámbito digital

Se pueden utilizar herramientas para comunicarse (correo electrónico, chats…), establecer plazos (calendario en línea), almacenar información (carpetas compartidas), elaborar producciones digitales de forma colaborativa (textos, presentaciones, videos, infografías, carteles…) y entregar tareas o productos parciales del proyecto al profesorado para que este pueda brindar su feedback y orientación (por ejemplo, con Moodle o Google Classroom). 

Además, las evidencias indican que el trabajo por proyectos arroja mejores resultados en el aprendizaje del alumnado cuando se utilizan tecnologías digitales para mejorar la comunicación y la colaboración entre los miembros del equipo y con los docentes durante el desarrollo del proyecto, así como para acceder a contenidos de calidad.

Ámbito personal y social

Cuando hablamos de este ámbito, debemos tener presente que este incluye tanto el aprender a aprender cómo el trabajo cooperativo. Por eso, dos herramientas útiles son:

• La carpeta de aprendizaje: Con esta, logramos que el alumnado se autorregule, reflexione sobre el grado de consecución de los objetivos de aprendizaje y sus causas, y planifique acciones para superar dificultades y aprender más.
• El diario de equipo: Con él, pretendemos que el alumnado desarrolle las habilidades socioemocionales necesarias para trabajar con otras personas, algo habitual en cualquier profesión.

¿Cómo se evalúa un proyecto?

El proceso de evaluación en un proyecto es similar a cualquier otra unidad didáctica:

• Al inicio: se realiza una evaluación diagnóstica para compartir los objetivos de aprendizaje y explorar los conocimientos previos. 

• A lo largo del proyecto: se lleva a cabo una evaluación formativa y formadora. Se recopilan trabajos de los alumnos, se analizan y se les brinda retroalimentación para que ellos puedan tomar decisiones sobre cómo mejorarlos. Los docentes deben tomar decisiones: acortar actividades, ahondar para consolidar ese conocimiento que detectamos que no se ha adquirido, asignar tareas diferentes para atender a la diversidad, entre otros.

• Al final del proyecto: este es el momento de la evaluación sumativa. Se evalúa tanto el proceso como el resultado, lo que se ha aprendido y lo que queda por aprender. Todos evalúan a todos: los alumnos se autoevalúan, los compañeros se coevalúan, los profesores evalúan a los alumnos y su labor docente, y si el encargo tenía destinatarios externos, su evaluación puede ser enriquecedora. Además, los alumnos también pueden valorar el propio proyecto y la enseñanza de los docentes, si lo consideran apropiado. En cualquier caso, trabajar por proyectos no significa dejar de evaluar de manera individual. Cualquier instrumento de evaluación (incluso un examen) puede ayudarnos a que los alumnos tomen conciencia de lo que saben, de lo que deben mejorar y planifiquen estrategias para seguir aprendiendo.

Y para terminar…

La investigación más rigurosa nos indica que el trabajo por proyectos se relaciona con una mejora en la satisfacción de los alumnos hacia la experiencia educativa. 

Como docentes, es interesante recordar que trabajar por proyectos no implica olvidar los contenidos, sino darles sentido y aplicabilidad para que los alumnos vean la necesidad de aprenderlos y experimenten el disfrute de ser capaces de comprender mejor el mundo en el que vivimos.