El absentismo escolar es un grave problema educativo y social, asociado al abandono educativo prematuro (AEP), a la reproducción de la desigualdad social y al deterioro de las condiciones de vida y bienestar de la infancia y la juventud.

La investigación sociológica muestra que existe una estrecha relación entre el absentismo escolar y las condiciones sociales de la pobreza y vulnerabilidad social del alumnado absentista y sus familias. Cuando un infante o adolescente falta a la escuela y no se garantiza su derecho a la educación ni a las condiciones de educabilidad que lo hacen posible, se están restringiendo sus oportunidades formativas presentes y futuras y se está aumentando el riesgo de reproducir el círculo de la pobreza y la exclusión social. Se trata, pues, de una vulneración extrema del derecho a la educación y plantea un reto fundamental para la inclusión, la equidad, la cohesión y la justicia social.

El absentismo escolar afecta particularmente a los colectivos y grupos sociales económicamente y culturalmente desaventajados. A pesar de que tiene múltiples causas y algunas de ellas tienen también que ver con la experiencia escolar, particularmente en la secundaria, el absentismo está asociado a la desvinculación emocional y cognitiva con la escuela y a los bajos resultados de aprendizaje.

La problemática del absentismo escolar no es nueva, pero ha emergido con fuerza después del confinamiento por el COVID-19, al acentuarse la desconexión escolar, particularmente en alumnado escolarizado en centros de alta segregación escolar.

Se trata de un fenómeno que se sitúa en un continuum entre las ausencias más o menos intermitentes y las rupturas permanentes o definitivas. Un proceso lento y progresivo que se puede iniciar ya en la educación infantil y que se intensifica e la educación secundaria, dando lugar a situaciones de absentismo crónico y abandono educativo. Por eso, resulta prioritario para las políticas locales, la prevención y la detección precoz del absentismo escolar, para contribuir también en la prevención de este tipo de abandono educativo

“Es prioritario para las políticas locales la prevención y detección precoz del absentismo escolar

El absentismo escolar es también un fenómeno complejo, por la pluralidad de factores que lo generan: personales, familiares, escolares y comunitarios, que pueden actuar como detonantes. No obstante estos factores no se producen de forma aislada sino en interacción. Esta complejidad requiere huir de respuestas estandarizadas y homogéneas para avanzar hacia respuestas integradas e individualizadas.

Los gobiernos locales son la administración privilegiada sobre la cual recae la competencia de participar en la vigilancia del cumplimiento de la escolaridad obligatoria, de acuerdo con lo que establece la Ley 7, 12 de abril, reguladora de las bases de régimen local, como también la Ley 18/2003, de 4 de julio, de apoyo a las familias, que insta a las administraciones públicas catalanas, en el ámbito de sus competencias, a “adoptar medidas para prevenir y tratar el absentismo y el fracaso escolar. A estos efectos, el gobierno catalán, juntamente a la Administración loca, ha de establecer planes contra el absentismo escolar (…) con implicación de los centros docentes.

Es necesario huir de respuestas estandarizadas y homogéneas para avanzar hacia respuestas integradas e individualizadas.

De hecho, el mundo local tiene larga tradición en el liderazgo y despliegue de protocolos y planes de actuación contra el absentismo escolar, impulsando una red de corresponsabilidad con los centros escolares y los servicios y recursos educativos del municipio. La existencia, des del 2019, de un protocolo de ámbito comunitario de prevención, detección e intervención delante situaciones de absentismo, definido por el Departamento de Educación de la Generalidad de Cataluña, permite “dotar a los centros, el profesorado, la administración local y el resto de agentes educativos de una herramienta efectiva de prevención, detección e intervención delante del absentismo y el abandono escolar, estableciendo un marco común de actuación y favoreciendo la coordinación de los diferentes agentes implicados mediante un circuito sistematizado. Sin embargo, algunos municipios han ido avanzando en los últimos años des de los “Protocolos de vigilancia de la escolaridad obligatoria” hacia un desarrollo de Planes de Absentismo imbricados con otros programas y recursos socioeducativos de acompañamiento a la escolaridad y mejora del éxito escolar.

“El mundo local tiene una larga tradición en el liderazgo y despliegue de protocolos y planes de actuación contra el absentismo escolar, impulsando una red de corresponsabilidad con los centros escolares y los servicios y recursos educativos del municipio.”

A pesar de eso, existen notables diferencias territoriales en el despliegue de este tipo de políticas, por la desigual realidad de los territorios, pero también por el desigual posicionamiento de la administración local delante de este tipo de proyectos, de tal forma que algunos municipios han avanzado des de la vigilancia de la escolaridad, des de una lógica que acostumbra a ser reactiva, hacia las políticas de acompañamiento a la escolaridad, des de una orientación más proactiva.

Es el momento de avanzar des de los protocolos de detección del absentismo hacia los planes de prevención, detección precoz e intervención dando un impulso y revitalización a la extensión e implementación de las actuaciones contra el absentismo escolar, des de la corresponsabilidad con los centros escolares y los agentes socioeducativos del territorio, imbricando los planes de absentismo con otros planes educativos locales y de acompañamiento a la escolaridad.

La política educativa municipal es el ámbito privilegiado para el despliegue de planes locales de prevención del absentismo dada su proximidad con la ciudadanía.

En definitiva, la política educativa municipal es el ámbito privilegiado para el despliegue de planes locales de prevención del absentismo dada su proximidad con la ciudadanía y su capacidad por identificar y articular los recursos, programas y servicios sociales y educativos del territorio, desplegar actuaciones integradas y adaptadas a la singularidad y necesidades de cada alumno y familia absentista haciendo de los planes de prevención del absentismo y el abandono educativo el corazón de las políticas educativas locales.