A pesar de las resistencias de una buena parte del profesorado y de las familias, los agrupamientos por niveles siguen siendo una práctica habitual en los centros de primaria y, sobre todo, de secundaria de Cataluña para responder a la diversidad del alumnado.

Gerard Ferrer Esteban, autor del informe “¿Qué estrategias de agrupamiento responden a criterios de efectividad y de equidad?” identifica bajo qué criterios conviene considerar los beneficios y perjuicios de unas y otras estrategias de agrupamientos.

Gerard Ferrer Esteban

Pedagogo y doctor en sociología por la UAB. Profesor de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación en la UOC.

Podemos evaluar las estrategias de agrupamientos desde dos puntos de vista: La efectividad y la equidad.

Desde el punto de vista de la efectividad, lo que vemos es que, tanto los agrupamientos homogéneos, es decir, aquellos agrupamientos por niveles que se producen dentro de una misma aula, como los agrupamientos heterogéneos, con estrategias cooperativas, tienden a mejorar los resultados del alumno. Eso cuando se cumplen una serie de condiciones. Por ejemplo:

• En los grupos homogéneos, debe haber una evaluación continuada del rendimiento de las competencias del alumnado, para facilitar la movilidad entre los grupos.

• En cuanto a los grupo heterogéneos, no pueden ser acciones no sistemáticas e improvisadas, sinó que deben ser estructuradas, con los objetivos claros, los materiales claros y la evaluación de las competencias claros.

En cuanto al factor de la equidad, la evidencia demuestra que son las estrategias cooperativas en contextos heterogéneos las que mayores beneficios tienen en el progreso educativo de los estudiantes con mayores dificultades de aprendizaje.